“EL DERECHO REAL DE CONSERVACIÓN (DRC): UNA LEY DEMOCRATIZADORA PARA UNA INVERSION ATRACTIVA Y SUSTENTABLE”
– ¿Por qué el Derecho Real de Conservación (DRC) democratizaría el acceso a la
conservación de terrenos con valor ambiental?
– Hasta el 2016, cuando se promulga el DRC, quienes conservaban provenían de dos mundos. Por un lado, el Estado a través de sus grandes parques nacionales de conservación, léase Torres del Paine y, por otro, de grandes empresarios privados que invertían por motivación altruista o por inversión rentable. A Chile, el señor Tompkins trae la conservación y el ex Presidente Piñera lo imita en Chiloé, por nombrar dos casos emblemáticos. En suma, la conservación era patrimonio del Estado y de unos pocos grandes empresarios.
El Derecho Real de Conservación fue impulsado, entre otros, por diputados como Carlos Montes y Carolina Toha, quienes querían que familias pudieran participar del proceso de conservación con terrenos de menor tamaño. En ese sentido lo democratiza pues permite que organizaciones de conservación, como GENAU GREEN, hoy ofrezcan predios de 2 a 50 o más hectáreas que conllevan el gravamen ambiental DRC. Nosotros hicimos una encuesta entre quienes nos habían comprado y la motivación mayoritaria que declararon era que se trata de una inversión pensando en sus hijos. Es decir, la gente contestaba que compraba en pos de la sustentabilidad de una nueva generación.
– Una de las críticas que se han formulado al DRC es que no hay una obligatoriedad con
respecto a su cumplimiento de parte de las empresas, otra sobre el aumento de población en zonas que no están aptas para ello, ¿qué aspectos ve perfectibles del DRC?
– Responderé desde lo que falta y lo que hay que hacer. A mí me tocó, representando a GENAU GREEN, participar en una reunión convocada por tres ministerios: Vivienda, Bienes Nacionales y Agricultura. Y allí varios de distintas empresas planteamos que para que el DRC tenga efectividad tiene que ser garante el Estado y no que cada empresa ande buscando su propio garante porque eso, amén de costoso y equívoco, es insuficiente.
Ahora, respecto a la crítica del aumento de habitabilidad. De hecho, lo primero que hacemos como institución de conservación y asesorados por expertos son análisis territoriales exhaustivos de la naturaleza presente, biodiversidad y geografía, entre otros elementos, lo que nos brinda un conocimiento eco-sistémico que se puede abordar sólo a través de ciertas formas y diseños. El conservar el medio está por sobre cualquier otro fin, así como también nuestra premisa de sabernos un invitado en la naturaleza. Además del DRC, ofrecemos nuestros predios con un reglamento de Habitar Sustentable y así las personas y familias son invitadas a compartir un convivir en el respeto a la naturaleza. En suma, todos aprendizajes que hemos hecho trabajando en conjunto con un equipo multidisciplinario experto en conservación de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
– Usted plantea que es posible un habitar sustentable ¿podría desarrollar un poco más
esta idea?
Me refiero a ciertos estándares de construcción: por ejemplo, ausencia de cercos para no
interrumpir los corredores de la biodiversidad, el manejo de la basura, incluido el reciclaje y el compost orgánico, generación con energía limpia sea eólica o solar. Nosotros, como ya dije, cuando comercializamos, además del gravamen ambiental DRC, los predios llevan anexado un reglamento de co-propiedad que garantiza que no se puede hacer cualquier cosa.
Hay ambientalistas fundamentalistas –y que me disculpen el adjetivo- que critican el DRC desde un lugar de supuesta supremacía en el que ellos serían los únicos ambientalistas con un derecho auto asignado de vivir en la naturaleza. En cambio, nosotros creemos genuinamente que todo el mundo tiene derecho a participar en el respeto y como “invitados” en la naturaleza, pues esa actitud es la única que promueve que la propia gente se enamoré del nuevo paisaje y así enriquezca su conciencia de sustentabilidad. A mí no me irrita que llegue gente cerca de mí, pues irritarse lo veo como algo muy clasista y violento de nuevo cuño.
– Retomando la propuesta de que el Estado sea el garante en el DRC. ¿Hoy existe una conversación encaminada para que ello se concrete o es una idea que quedó en esa mesa que me comentaba?
– Es una idea compartida por todos, incluidos los amigos más críticos con el DRC. Con todo, falta decisión del Estado para avanzar más rápido, la mayoría de los usuarios como nosotros y la gente que compra entusiasmada por lo que implica para ellos como inversión el DRC, lo vería con muy buenos ojos; pero el Estado no da el paso seguramente porque teme a su incapacidad actual de fiscalización. Si yo hoy fuera un actor político con agencia lo exigiría como bandera ambiental número 1, pues si quieres hacer bien las cosas, la única manera de amainar la crítica airada de quienes dicen que el DRC sirve solo para “mejorar la imagen”. Yo responsablemente solo puedo dar fe de lo honesto y riguroso que nosotros hacemos con el DRC, pero no puedo dar fe de lo que otros hacen.
– Resumamos: ¿cuál es el modelo de Genau Green y cómo asegura la conservación de las tierras?
– Nuestro modelo es bien simple. Hay distintas situaciones. Por ejemplo, algunos se destinan a comercialización y otros quedan como garantía para otros emprendimientos. Algunos se subdividen por villorrios y zonas comunes para un Habitar Sustentable. Otros íntegramente destinados a organismos académicos nacionales e internacionales para fines de estudios de la biodiversidad. Nosotros cada caso lo vemos en función de las oportunidades y de las características del terreno, claro que siempre están destinados a la conservación. El garante es el DRC, lisa y llanamente nuestro gravamen ambiental. De hecho, la primera medida que tomé al llegar a la dirección de la empresa fue asumir el DRC como un estatus con duración indefinida, eso lo hice por convicción conservacionista y pensando en la sostenibilidad comercial de la empresa.
6. ¿Algún punto a destacar o agregar?
-Sí, dos conceptos: uno, nuestro quehacer es una inversión inteligente porque es una inversión sostenible que aspira a números azules en los balances anuales. Por ello, tenemos una proactiva responsabilidad social y ambiental con nuestros trabajadores y con las comunidades y autoridades locales cercanas a nuestros proyectos. Dos, la nuestra es una inversión ética porque anticipamos el principal desafío de nuestro tiempo: la sustentabilidad; esta no es algo abstracto, sin duda, en el presente como Historia es la acción y pregunta más concreta: ¿qué heredaremos a nuestros hijos e hijas: ¿un mundo aún más devastado ambientalmente o les heredaremos un mundo mejor? La sustentabilidad es fundamentalmente una cuestión y acuerdo ético intergeneracional.
* De formación académica interdisciplinaria en Historia, ciencias humanas, comunicaciones, sustentabilidad, biología del conocimiento, gerencia pública, sector energético, conflictos socio-ambientales y asuntos públicos y comunidades en la Universidad de Málaga, España, y en la Universidad de Chile. Autor de libros y documentales www.hernandinamarca.cl que abordan el desafío histórico y cultural de la sustentabilidad, el diálogo intercultural y el cambio de época histórico, Ex SEREMI de Energía Región de Valparaíso-.